Calixto Negrón Aponte
Secretario de Comunicaciones del PIP
Hay quien dice que en ocasiones el mundo se tambalea y cae de espaldas, con las patas arriba, como un caculo. Nuestro país, por demasiado tiempo se ha colocado en esta incómoda posición y está pagando las consecuencias. Tras más de 500 años de colonialismo y décadas de malos gobiernos, a los puertorriqueños se les ha obligado ver un mundo al revés, en el que, lamentablemente, también se ha premiado al revés.
A pesar de que cada vez es más evidente que la pobreza y marginación son una realidad aplastante en el país; de que los gobiernos de turno lejos de servir al bien común, han sido instrumentos en el defalque del erario y la venta de bienes públicos a precio de liquidación, tal como los delincuentes venden a precio de pesca'o abomba'o el botín de sus asaltos; de que las corporaciones públicas se inventan fórmulas para timar a los clientes; de que el sistema contributivo estrangula a los pobres y trabajadores, mientras privilegia con exenciones al gran capital extranjero; de que se ha convertido la salud pública en fuente de lucro corrupto; de que la educación pública y el sistema de seguridad policiaco han fracasado en su misión; a pesar del reconocimiento de que Puerto Rico está patas arriba, la inmensa mayoría del electorado sigue premiando a los responsables.
Desde hace muchos años, el Partido Independentista Puertorriqueño ha venido denunciando estas realidades y ha sido constante en sus esfuerzos por desenmascarar el fraude colonial del régimen y el fracaso de las políticas económicas y sociales de los gobiernos del PPD y PNP.
Este próximo domingo, 17 de febrero, desde la 1:00 pm, nuevamente, marcharemos desde La Plaza Colón hasta la Fortaleza denunciando y combatiendo, junto a otros sectores del país, el último desboque privatizador, en el que se pretende entregar, en un mal negocio a empresarios extranjeros, la puerta de entrada y salida de nuestra casa: el aeropuerto internacional.
El PIP reafirmará su oposición tenaz a la privatización de activos importantes y estratégicos del país, intensificadas bajo el gobierno de Hernández Colón, aceleradas bajo el gobierno de Rosselló y continuadas bajo las administraciones de Sila Calderón, Acevedo Vilá, Fortuño y, ahora, bajo el gobierno de Alejandro García Padilla.
Hoy, otra vez, el país levanta su voz de protesta y de denuncia contra algún gobierno popular o PNP. Mientras no alteremos el rumbo, seguiremos patas arriba; con el riesgo de que, como el caculo, en algún momento Puerto Rico no pueda enderezarse.