El 10 de julio el pueblo de Puerto Rico se expresará sobre su preferencia entre si la Asamblea Legislativa debe permanecer compuesta por dos cámaras o si debe cambiar a una sola cámara. Desafortunadamente, la importancia de esta votación ha sido opacada por la estridencia de los dimes y diretes en el debate público y por la ausencia de una campaña publicitaria adecuada de la Comisión Estatal de Elecciones (CEE). La CEE no ha podido descargar efectivamente su responsabilidad de hacer una campaña informativa que estimule el interés del electorado a participar en la votación, debido a la irresponsabilidad legislativa del Partido Popular Democrático (PPD) que al aprobar la ley del referéndum no asignó los fondos necesarios a la Comisión.
Ante esta situación el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) -el único que favorece que la Asamblea Legislativa esté compuesta por una sola cámara- ha comenzado una campaña para explicar a los electores por qué el sistema unicameral es superior al actual sistema bicameral. Este trae consigo un costo más alto para el erario y dilación en la consideración de medidas sin que ello conlleve necesariamente un mejor análisis de la legislación. Sin embargo, con la unicameralidad, se establecería un sistema más eficiente porque elimina la duplicidad en los trámites, estudios, audiencias públicas, sesiones, debates y organismos administrativos, y un sistema más productivo porque la duplicidad actual hace que se queden en el tintero o no lleguen a su culminación asuntos importantes. Con la unicameralidad, los procesos serían más directos y sencillos.
Además, la unicameralidad concentra el esfuerzo legislativo en un solo cuerpo. Esto permitiría maximizar los recursos económicos de investigación y, en consecuencia, el estudio de cada medida resultaría más profundo. La legislatura unicameral, al ser más económica, podrá dotarse de servicios de asesoramiento técnico cada día más necesarios para entender la complejidad de los problemas actuales. Con un grupo más reducido de legisladores mejor informados y con más recursos para legislar, el poder legislativo unicameral sería más ágil y efectivo al formular legislación.
En adición, el sistema unicameral es menos complicado que el bicameral, lo que hace del proceso legislativo uno más comprensible para el pueblo. Al entenderse mejor el funcionamiento legislativo, se estimula una mayor participación ciudadana. Incluso permite que los electores fiscalicen directamente el trabajo de sus representantes.
Además de la unicameralidad, el PIP propone que se adopte un criterio de representación proporcional para democratizar el sistema legislativo. En casi todas las elecciones de los últimos años, una minoría de alrededor de 48% de los votos, ha logrado elegir mayorías legislativas de hasta dos terceras partes de los escaños. Por ejemplo, en las pasadas elecciones el Partido Nuevo Progresista (PNP) obtuvo 48% de los votos, pero controla el 66% de los escaños en la Asamblea Legislativa, lo cual es antidemocrático. Es necesario adoptar un sistema de representación proporcional que refleje realmente la voluntad del electorado.
El referéndum del 10 de julio servirá al país como un primer paso para exigir una transformación radical de la estructura legislativa y su composición.