Juntos por la colonia

Por Rubén Berríos Martínez
Publicado en El Nuevo Día
lunes, 4 de enero de 2016

rubenberrios 1Durante más de medio siglo, salvo honrosas excepciones, el máximo liderato del Partido Popular Democrático (PPD) ha tenido como vocación primaria la obtención del poder y el presupuesto. Del estatus hablan y hablan, pero siempre terminan promoviendo el voto bajo la pava y la colonia luego de proveerle a sus distintas facciones una hoja de parra para encubrir la desnudez ideológica. Los une lo que Matienzo llamó el “ideal supremo de la guagua”, donde caben todos.

Alejandro García Padilla y David Bernier llevan el colonialismo en su ADN. De ahí hay que partir para entender la recién develada estrategia que ellos, y los que controlan el PPD, han diseñado cuidadosamente durante meses para las próximas elecciones. Si por el contrario han experimentado una metamorfosis descolonizadora, cuentan para demostrarlo en los próximos meses con el Senado, la Cámara y la gobernación. El movimiento se demuestra andando.

Por razones obvias sustituyeron a García Padilla por Bernier en la candidatura a la gobernación. Luego, para apaciguar al sector soberanista, Bernier desempolvó la fantasía de un ELA no territorial ni colonial, aun cuando desde Washington han reiterado con claridad que un Estado Libre Asociado (ELA) no territorial no cabe en la Constitución de Estados Unidos. Una verdad que la administración de Barack Obama acaba de remachar ante el Tribunal Supremo federal. De la Libre Asociación o Asociación entre soberanos, Bernier... ni hablar.

Además, el nuevo presidente del PPD vuelve a repetir la incumplida promesa programática de una ambigua e indefinida Asamblea Constitucional de Estatus, lo cual viniendo del PPD, tras tres años en el poder, se convierte en sonsonete.

Bernier, quien dice ni siquiera recordar cómo votó en el plebiscito, se presenta, pues, como portaestandarte del “ideal supremo de la guagua”.

Por eso, Hernández Mayoral, ideólogo del sector inmovilista, señaló recientemente: “hay dos interpretaciones de lo que se quiere decir por ‘no colonial, no territorial’ dentro del PPD: la estadolibrista y la soberanista”. Y, el gobernador, a su vez, añadió: “Los autonomistas... sostenemos la dignidad jurídica del autonomismo dentro del marco constitucional americano... como una solución tan legítima o más que cualquier otra...”. Es el espíritu de Rafael Hernández Colón el que dicta las palabras de ambos. Al igual que la carta de García de Padilla a la ONU, transparente hoja de parra y recalentada versión de la posición rafaelista ante ese foro en el 1978, donde ni asoma un reclamo de descolonización.

A menos que en el PPD se dé una inédita “rebelión civil” y los defensores de una asociación soberana prevalezcan y enfrenten a Estados Unidos con su obligación descolonizadora, la estrategia del máximo liderato de ese partido para las próximas elecciones será un verlo venir.

La Legislatura iniciará vistas públicas sobre una Asamblea Constitucional y, al final de las mismas, como ya ha propuesto Bernier, podría aprobar una ley para una consulta Estadidad Sí o No a celebrarse conjuntamente con las elecciones. Sería un proyecto Pierluisi criollo, enmendado, para incluir, de triunfar el No, otra promesa de Asamblea Constitucional. En la alternativa podrían aprobar una consulta Asamblea Constitucional Sí o No a convocarse luego de las elecciones. En ambas alternativas se trataría de un cheque en blanco, de una Asamblea indefinida, ambivalente, hueca, diseñada para que pueda incluir como opción la colonia.

En síntesis, en cuanto al estatus, el PPD se encamina hacia su estrategia favorita: presentarse como defensor de la puertorriqueñidad y muralla contra la estadidad. Todo lo otro es adjetivo; nuevos ingredientes que se añaden al mondongo colonial en el cual ya “El ELA no es ni toalla, es pezuña”, en palabras del inolvidable profesor Manrique Cabrera. Es el viejo truco de pedir el voto para supuestamente impedir una estadidad que ellos mismos reconocen es un fantasma, y luego... ¡Juntos por la colonia!

La misma estrategia: ¿cuántas veces más va a morder ese perro? El cuento de los bobos se acabó. Llegó el momento de la la descolonización.