Esperanzas
A Gilberto Manuel
Por José Javier Muñiz Quiñones, MD
Publicado en Periódico Visión
4 de enero de 2015
Quiero comenzar esta primera columna del año deseando un feliz 2015 a todos nuestros lectores y lectoras. Luego del receso navideño regresamos a nuestros deberes y tareas con renovados ánimos, estrenando un nuevo año que se perfila como uno de renovadas esperanzas para Puerto Rico. No para el Puerto Rico colonizado que evidentemente no tiene grandes posibilidades de redención, sino esperanzas en el Puerto Rico libre y soberano que queremos y necesitamos, en esa tierra prometida que vemos a corta distancia.
En lo que podría representar el fin de la Guerra Fría en el Caribe, hace escasamente tres semanas el presidente de los Estados Unidos anunció el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Cuba, en lo que representa un cambio importante en su política de agresión hacia el hermano país caribeño. El presidente Obama, en su mensaje a los estadounidenses y al Mundo, habló de "dejar atrás el legado del colonialismo y del comunismo". Esto podría representar para América Latina y el Caribe lo que la caída del Muro de Berlín representó para el Viejo Mundo. A raíz de este importante evento geopolítico se independizaron muchos países de la Europa del este que hoy son repúblicas, algunas muy pequeñas y muy prósperas. Un Puerto Rico independiente en el marco de la unidad latinoamericana y caribeña es nuestra único pasaje hacia un mejor país.
Si tomamos como sinceras las expresiones de Obama, cuyo historial deja un enorme espacio al escepticismo y la duda, deberíamos ver en el futuro cercano acciones concretas para iniciar un proceso de descolonización en Puerto Rico. Un paso en la dirección correcta sería la excarcelación de Oscar López Rivera y Norberto González Claudio. Desde un Puerto Rico libre y soberano podríamos verdaderamente beneficiarnos de las oportunidades económicas que brindaría el eventual levantamiento del embargo a Cuba, que todavía está en "veremos". Con las limitaciones comerciales que nos impone el ELA, entrando a este proceso como rabiza de EEUU y su Departamento de Estado, me temo que serían mucho mayores los riesgos que los beneficios para Puerto Rico.
Como dice un refrán, de la esperanza vive el cautivo. Claro está, no podemos conformarnos con esperar. Como muy bien nos enseño Don Gilberto Concepción de Gracia, "nada que valga la pena se ha obtenido nunca sin trabajo y sacrificio". Es tiempo de arreciar la lucha por nuestra liberación nacional a todos los niveles, en Puerto Rico, en los Estados Unidos y a nivel internacional. Ese trabajo y sacrificio nos corresponde a todos y todas y comienza a nivel de nuestros comités de precinto o municipio. El llamado es a ser generosos con nuestro tiempo y recursos para hacer que la esperanza florezca.