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RETRATADOS

Por Denis Márquez
Secretario de Organización
Partido Independentista Puertorriqueño
Publicado en METRO 2 de octubre 2015

En mis años de estudiante universitario tuve la excelente oportunidad de leer el libro de Albert Memmi, Retrato del Colonizado. Memmi describe cabalmente en él las características de los colonizados en sus relaciones con la metrópoli. Describe cómo la subordinación, la enajenación, el complejo de minoridad y los sentimientos de impotencia e incapacidad impiden al colonizado enfrentarse, cuestionar y exigirle al colonizador, a la metrópoli, cambios en su relación. Mucho menos aun cuestionar el modelo colonial.

La reciente participación de los funcionarios del gobierno de Puerto Rico en la vista del Senado de los Estados Unidos es el ejemplo más patético del retrato del colonizado. La constante sumisión, la falta de preparación, la ausencia de cuestionamiento sobre la responsabilidad del gobierno y del Congreso de los Estados Unidos con respecto a los problemas concretos y la realidad de Puerto Rico marcaron la pauta del evento. Ese retrato reconfirma lo que es reconocido internacionalmente: el uso del Congreso de los Estados Unidos "como púlpito al servicio de los acreedores con influencias políticas", según lo describiera el Lcdo. Hugo Rodríguez, Sub Secretario de Asuntos de Norteamérica del PIP.

En ese contexto, la ausencia del gobernador durante la vista -más de allá de ser una estrategia para "guardarlo" y garantizar que su comparecencia no sirva para el "archivo de futuros comerciales" en la contienda electoral- resulta indiferente dada la constante posición de subyugación a la que nos tiene acostumbrado el gobierno de Puerto Rico. La palabra "ayuda" parece ser la única en el diccionario del gobierno local al doblar la rodilla frente al federal sin atender la crisis económica y fiscal de Puerto Rico. Todavía, transcurridos ya dieciséis años del siglo XXI, la alternativa del gobierno de turno para "fomentar" el crecimiento económico de Puerto Rico es revivir un esquema parecido a las desaparecidas empresas 936, que fue, precisamente, el modelo artificial de crecimiento económico en la isla.

La obligación del gobierno de Puerto Rico debió ser y es enfrentar al gobierno estadounidense y exigirle el cumplimiento de su responsabilidad. La posible vista senatorial en la Comisión de Energía y Recursos Naturales del Senado, con jurisdicción en el asunto del status de Puerto Rico, podría ser una oportunidad para que el gobierno y el Partido Popular asuman la responsabilidad de plantear que el problema fiscal y económico de Puerto Rico está estrechamente vinculado al problema colonial del cual el gobierno de Estados Unidos es igualmente responsable. Pero no lo hicieron en la vista ante la Comisión de Finanzas presidida por el Senador Hatch y nunca lo han hecho en su peregrinar cabizbajo por el Congreso de los Estadios Unidos.

Es imprescindible atender el problema colonial si queremos realmente marcar una ruta para solucionar de forma permanente la crisis social y económica que padecemos. Tenemos que enfrentar al Congreso con el resultado contundente de la consulta de noviembre del 2012 donde la mayoría de los puertorriqueños rechazamos continuar viviendo en una colonia. Es imperativo exigirle que exprese cuál es su posición sobre la viabilidad jurídica y política del ELA con cualquiera de sus apellidos sea mejorado o soberano, sobre las características y requisitos de la estadidad y sobre la transacción hacia la independencia. Esa es su obligación, responder al reclamo descolonizador de Puerto Rico. Acá nos corresponde propiciar y estimular un proceso de descolonización. Desde el Partido Independentista Puertorriqueño hemos insistido en la Asamblea de Status como el mecanismo idóneo para ese propósito. Lo hemos planteado en foros internacionales, hemos radicado un proyecto de ley con ese propósito, y se lo hemos planteado de frente, de tu a tu, sin ambages ni temores al Congreso de los Estados Unidos.