SIN SORPRESAS
Por: Lcdo. Denis Márquez Lebrón
Publicado en Periódico Metro
7 de noviembre 2014
A dos años de administración del PPD es importante reflexionar sobre a dónde nos ha traído este gobierno, cuestionar hacia dónde pretende llevarnos y cuáles son las posibilidades concretas de futuro; si existe en ello un verdadero proyecto esperanzador y realizable.
No ha habido sorpresas en la gestión pública del gobierno popular durante los dos primeros años del cuatrienio. Como lo denunció Juan Dalmau durante la pasada campaña electoral, "si votas por los mismos tendrás más de lo mismo". El aumento en la deuda pública, la crisis financiera y económica del gobierno y del país, no solo continuó sino que empeoró.
Una vez más la clase trabajadora fue el blanco del ataque con la mutilación del sistema de retiro, con la aprobación de la ley 66 dirigida a arrancar derechos adquiridos, con la imposición de nuevos impuestos y con el aumento a las tarifas de los servicios gubernamentales. La educación pública, y en particular la educación especial, ha sufrido grandes retrocesos llenos de angustia para las decenas de miles de familias víctimas de crasa negligencia e indiferencia. La continua baja en la tasa de participación laboral y la emigración de familias enteras son claras señales de que vamos de mal en peor. La drogadicción producto del narcotráfico, unido a los crímenes asociados a estos, mantiene a toda la población en vilo constante.
Lo próximo en el panorama es el aumento al arbitrio de los derivados del petróleo para, supuestamente, tratar de salvar corporaciones públicas que tanto los gobiernos penepés como populares han llevado al descalabro económico. El efecto perjudicial de dicho aumento recaerá en el comercio, la transportación y el diario vivir de la clase media trabajadora. Algunos señalan que este gobierno ha perdido el rumbo, pero no se puede perder lo que nunca se ha tenido. Por ello, desgraciadamente, no podemos esperar en el resto del cuatrienio grandes soluciones a profundos problemas. Es necesario continuar fiscalizando y cuestionando a los que nos han llevado a este terrible atolladero. Pero, a la misma vez, proponiendo, como desde el Senado lo ha hecho el PIP, proyectos y gestiones a favor de la educación, con legislación económica dirigida a que paguen los que se benefician de grandes exenciones; el reclamo de una reforma contributiva completa y estructural; legislación sobre medio ambiente; una necesaria nueva ley de costas, así como la propuesta de asamblea de estatus, son todos ejemplos de constante gestión.
Desde otros frentes continuamos exhortando al país a que piense y analice lo que ha pasado cuando nos gobiernan los de ''siempre"; que cuestione lo existente y considere nuestras ideas y propuestas dirigidas a transformar las instituciones y formas de gobernar. También es imprescindible continuar exigiendo la convocatoria urgente de una asamblea de status como mecanismo para iniciar un proceso de descolonización que nos lleve a insertarnos en el mundo con todos los poderes necesarios, lo que solo la independencia ofrece para iniciar la reconstrucción económica y social tan necesarias en esta sociedad.