¿Por qué es preferible la independencia a otras fórmulas políticas para mantener nuestra identidad nacional y desarrollar nuestra cultura?
La independencia provee el marco natural que fomenta el orgullo nacional de cada puertorriqueño y puertorriqueña, consolida nuestro sentido de identidad y fortalece nuestra autoestima. AI salir de la subordinación que acarrea la relación colonial, y al no estar diluídos en una nación en que se disuelven las características propias de los diversos grupos que la integran como ocurriría en la estadidad, nos sentiremos verdaderamente dueños de nuestro propio destino. Por el contrario, las otras dos fórmulas propenden cada vez más hacia una acentuada asimilación de elementos culturales extranjeros.
¿Por qué es preferible la independencia a otras fórmulas políticas para mantener nuestra identidad nacional y desarrollar nuestra cultura?
La independencia provee el marco natural que fomenta el orgullo nacional de cada puertorriqueño y puertorriqueña, consolida nuestro sentido de identidad y fortalece nuestra autoestima. AI salir de la subordinación que acarrea la relación colonial, y al no estar diluídos en una nación en que se disuelven las características propias de los diversos grupos que la integran como ocurriría en la estadidad, nos sentiremos verdaderamente dueños de nuestro propio destino. Por el contrario, las otras dos fórmulas propenden cada vez más hacia una acentuada asimilación de elementos culturales extranjeros.
Además del aspecto sociológico, jurídicamente la independencia pondrá en nuestras manos los poderes soberanos que necesitamos sobre la educación, la inmigración, las comunicaciones y otros aspectos que inciden sobre la cultura, para afianzar y desarrollar plenamente nuestra identidad nacional, sin las ambivalencias valorativas de la colonia ni la asimilación cultural que acarrearía la estadidad. Mientras continuemos en una relación de subordinación política y económica, continuará la tendencia que observamos en el Puerto Rico de hoy, de asociar la defensa de la cultura y la identidad nacional con el aislamiento y el folclor de un pasado en el que no se observaban influencias culturales del exterior. Sólo en la independencia, cuando hayamos reafirmado nuestra identidad y no nos sintamos amenazados por la asimilación cultural, es que podremos abrir nuestra cultura a las diversas corrientes culturales del mundo - y no sólo a la norteamericana como ocurre actualmente - para así desarrollar y fortalecer nuestra nacionalidad y enriquecer nuestra cultura en relación dinámica con otras naciones del mundo.
Los puertorriqueños y puertorriqueñas tenemos el derecho a mantener y desarrollar nuestra propia identidad y personalidad como pueblo. Es un legado que nos han hecho las generaciones anteriores. Tenemos la obligación ética y patriótica de enriquecer esa herencia y pasarla a las futuras generaciones. Con la independencia podremos alcanzar nuestro máximo potencial como pueblo y hacer nuestra aportación plena a la humanidad.